Ya se ha derramado mucha agua
en un piso ya impermeable
rasguñado por energúmenos sedientos.
Latentes de rabia y perdón
buscando una llama de luz
en el éxtasis de un pequeño cuento.
Llegaron al Olimpo
se fueron asustados y decepcionados
de que lo perfecto fuese una ilusión.
La muerte escoge y no acata
los momentos que se puede llevar
a la oscuridad escondida del cajón.
Tapa de libro quebrajada
páginas marchitadas por otoños pasados
con poemas que se perdieron en el mar.
Sigo siendo un simple Joker
que convive con caballos y peones
en tableros alados que no pueden volar.
Personaje olvidado
en la caja de naipes del abuelo
tabaquero, enamorado y sonriente.
Infinitos casamientos de termitas
en la casa antigua de madera
del Joker inmortal y transparente.
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