Por Encima de la Ciudad

Por Encima de la Ciudad
Marc Chagall

viernes, 9 de agosto de 2013

La revolución de la Luz.

Luciérnagas deambulantes de un cielo decadente
armando revolución contra los astros
el absolutismo de la divina luna
tambalea, sucumbida por la conjunción de las chispas.

Preparando el hurto del negro manto
se condimentan las diminutas ideas
ordenan las piezas y arman el puzzle
de las horas más importantes de su vida.

Caminan hacia el norte, rotando hacia el seis
despiertan en el cuatro y se duermen en el diez
echando vuelo a eso de las cuatro toman su break
para que a las dos y media empiecen a almorzar
terminando lo antes posible para tomar el tren.

Las alitas van buscando su lugar
anidando dentro del cosmos feudal
tratando de vengar la tortura del sol
muerto por la blanca fraticida.

Recuperar la libertad y el calor
los sueños de niños despiertos
la serenidad del mar y las rocas
mediante la revolución de la luz.

miércoles, 7 de agosto de 2013

Las fotos.

Vociferé risas cuando me llenaron de besos las mejillas
era hermoso y algo tierno, o eso me decian
llevaba conmigo algunos rulos, que jugaban con el viento.
Tenía cartas, tazos y muchos juguetes: robots, superhéroes, animales y soldados -malditos soldados-
no podía aburrirme, era imposible
no me preocupaba ¿qué era preocuparse?.

Esperaba la lluvia, para ver los ventanales empapados
¿te acuerdas?, yo escribia mi nombre, y el de mi mamá.
Esperaba navidad, era rica la comida al cenar, solo ese día cenaba
era especial, por eso cenábamos ¿por qué más?.
¡Ah! por lo regalos -nunca me importaron-.

No había turgencia en las niñas -¿en qué pensaba?-
vendía mis juguetes, a cambio de dinero de mentira
fui pastelero, locutor de radio, músico, dibujante y fotógrafo.
mas, quería ser profesor.

No me daba vergüenza disfrazarme y salir asi a la calle
pero claro, tenía miedo de los payasos.
La tele era mi amiga cuando hacia frio
conversábamos de dibujos animados -nunca habló-
y la radio, la radio me cantaba, cantaba las canciones de papá.
Te recuerdo Amanda y Playa Girón sonaban siempre -eran buenas-.

La luna, la hermosa luna. Y sus compañeras, las estrellas
¿la luna?, ella me perseguia y siempre, siempre, me observó -cuidó-.
Rompí floreros, y lloré. Me enfermé, y lloré. Me caí, y lloré
Me retaron por desobediente, y lloré.
Mi mamá me amaba, y lloré.
Fui feliz, y lloré.

Lloro, y soy feliz.
Mañana sigo viendo las fotos.








martes, 6 de agosto de 2013

Soñé contigo.

Entre sábanas caóticas que apretaban la sien
nos encontramos, tus ojos y los mios, mi boca y la tuya;
los sueños se asustaron de la realidad, sueños que hace poco;
le habian botado la reina a la vida, le habian escupido los zapatos a la muerte.

Escondidos de la nada, de la nada soy el maestro
el maestro de idiotas juglares que de risas poco sabian.

Las manzanas cayeron, golpearon al otoño
vendavales cubiertos de aserrín, rasgaron las almas
quemaron las guitarras, las cuerdas se salvaron
y la ausencia, la ausencia decía presente.
Qué terrible: la vida
Qué hermoso: la vida.

No nos preocupó el reloj, ni la lluvia, ni la luna
los diarios golpearon la puerta, la brisa los ventanales
los pasos de los duendes se hicieron comunes
mientras el cielo cómplice, jugaba brisca con el sol.
 
Incómodo, con dolor en la espalda, despierto;
impertérrito ante la vida y ante Cronos
con un libro de Lihn en la mano.

Te veo, y me miras
sonries, y sonrio.
Qué terrible: fue un sueño
Qué hermoso: soñé contigo.