Encontrándote en todas partes
¡ he de regresar !
cuando la trova se impregne en tu sonrisa
cuando la trova se funda en el silencio.
A tus brazos, a tus labios
a tu piel.
Revivir los instantes,
que la vida guardó en el velador
mientras , una y otra vez,
tu silueta corrompe mis libros,
y en cada espacio de mi habitación
te apareces con el polvo,
que dejó el tiempo.
A tus brazos, a tus labios.
Sobre la ciudad van cayendo los latidos
de los astros que en antaño fueron Dioses
y que ahora, danzan con el viento
despreocupándose del mundo
porque de ese mismo mundo,
hemos vuelto a ser los dueños.
A tus brazos
¡ He de regresar !
a vivir, a soñar, a reir.
A ti.