Por Encima de la Ciudad

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Marc Chagall

viernes, 9 de agosto de 2013

La revolución de la Luz.

Luciérnagas deambulantes de un cielo decadente
armando revolución contra los astros
el absolutismo de la divina luna
tambalea, sucumbida por la conjunción de las chispas.

Preparando el hurto del negro manto
se condimentan las diminutas ideas
ordenan las piezas y arman el puzzle
de las horas más importantes de su vida.

Caminan hacia el norte, rotando hacia el seis
despiertan en el cuatro y se duermen en el diez
echando vuelo a eso de las cuatro toman su break
para que a las dos y media empiecen a almorzar
terminando lo antes posible para tomar el tren.

Las alitas van buscando su lugar
anidando dentro del cosmos feudal
tratando de vengar la tortura del sol
muerto por la blanca fraticida.

Recuperar la libertad y el calor
los sueños de niños despiertos
la serenidad del mar y las rocas
mediante la revolución de la luz.

12 comentarios:

  1. Bonita poesía Nicolás. Amo las luciérnagas (también como palabra)
    Me gusta la idea final de la revolución de luz.
    Gracias por tu comentario, te añado así paso a leerte.
    Ese título del blog es genial, sí.
    Un abrazo

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  2. La revolución de la luz también en la génesis de la idea poética: Unos buenos versos para iluminar la oscuridad.
    Un saludo, Nicolás.

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  3. Me ha encantado, mas que nada la ultima parte, ahí toma la luz como el conocimiento. Me encanta como escribes, en verdad :D
    Un beso enorme ♥

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  4. No sé qué pueda ocurrirle al sol
    de tortura apenas muerto por la blanca fratricida.

    No sé qué, recuperar la libertad y el calor
    y los sueños de niños despiertos
    y la serenidad del mar y las rocas
    si no es mediante la revolución de la luz...
    No sé.
    Dadle tregua a la luz, que llegue.

    Un abrazo

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  5. Me provoca una gran ternura, y luz, mucha, y libertad... Un abrazo.

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    Respuestas
    1. Gracias Darío. Es maravilloso que sientas aquello.
      Au revoir !

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